martes, 27 de mayo de 2008

La tecnología nos atonta.

Cada vez tenemos más soluciones tecnológicas que nos ayudan en nuestra vida cotidiana. Pero llega un momento en que lo que empieza como ayuda se convierte en dependencia.

Pongamos algunos ejemplos:

El móvil:

El teléfono móvil es un gran invento que nos permite hablar con una persona en cualquier momento y lugar. Posibilita a sus usuarios estar permanentemente disponibles y localizables.

[SMS. Foto de: Steve Webel]

Hace unos años, cuando se quedaba en un lugar de la ciudad con amigos, simplemente se quedaba a una hora y… al final... todos aparecían. Y los que no lo hacían sabían que había una especie de pacto no escrito con un tiempo máximo de espera.

Ahora, se emplea una llamada de móvil para quedar. Otra cuando nos dirigimos hacia el lugar para avisar que nos retrasaremos ligeramente. Otra más cuando estamos a una manzana del lugar de encuentro porque no recordamos muy bien donde habíamos quedado. Y por último, llamamos al rezagado para ver por donde va…. En definitiva… lo que antes se solventaba con una llamada telefónica , ahora puede traducirse en varias llamadas y sms’s.

Y es que hay gente que no sabe salir a la calle sin móvil… O no puede aguantarse el emplearlo a todas horas (toques, sms’s, llamadas, …).

Los sistemas de ayuda a la navegación: GPS’s

Los GPS’s en los coches parece que se han convertido en una herramienta imprescindible. Hasta el punto que si la calle no aparece en la cartografía digital del navegador GPS puede cundir el pánico.

Yo prefiero el método tradicional, en sus dos versiones: la masculina, mediante el método de prueba y error (sólo preguntar cuando no hay más remedio) o la femenina, consistente preguntar donde está la calle a uno o varios peatones hasta localizarla.

La calculadora:

Otro ejemplo menos reciente, pero que nos da una idea de la cantidad de cosas que vamos delegando en nuestros gadgets y aparatos tecnológicos. Las calculadoras.

Recuerdo cuando era pequeño ir a la panadería. Al realizar la compra, el panadero te hacía las cuentas de cabeza o sobre un papel.

Ahora somos dependientes de las calculadoras para hacer la más mínima operación. Es probable que tengamos dificultades no solamente para realizar una raiz cuadrada, sino que estoy convencido que mucha gente tendría que pensar un buen rato para resolver una división sobre papel.

Y en el futuro ….

Cuando en internet tengamos la Web 3.0 (internet semántica), donde dispondremos de verdaderos asesores personales basados en inteligencia artificial, ¿haremos algo por nosotros mismos, o estaremos permanentemente interrogando a la red-oráculo sobre cual es la mejor opción?.

Hace dos décadas las páginas web no existían, los móviles empezaban a aparecer, del GPS ni hablemos, y, asombrosamente, sobrevivíamos. Ahora somos cada vez más.... Tecnodependientes.

¿Que opinas?

Hasta otro día,

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