domingo, 10 de mayo de 2009

La crisis azota con dureza a España

Conforme pasan los meses, asistímos atónitos al empeoramiento de las cifras económicas españolas. Más empresas en quiebra, más bancos con problemas y lo que es más duro... más personas en paro (más de 4 millones de personas).

[Spiral. Foto de: calain]


Lo peor de todo es que esto no tiene visos de mejorar, a pesar de los mensajes optimistas de los políticos. Y es que estamos inmersos en una peligrosa espiral descendente:

1.- El paro aumenta: y su curva de evolución, a pesar de lo que nos cuenten, no tiene pinta de presentar una inflexión, sino mas bien todo lo contrario.

2.- Las personas que se quedan en paro consumen menos: ya que tienen menos ingresos (en vez de el salario, la prestación por desempleo) y un riesgo de perder esos ingresos (superada la duración de la prestación si encontrar trabajo). Por lo tanto, se centrarán en los gastos imprescindibles (comida, agua, luz, teléfono, la hipoteca, ropa, ...) y dejarán aparcadas hasta tiempos mejores gastos innecesarios (viajes, ocio, ...) y compras de gran importe (coche nuevo, casa ,...)

3.- Las personas que no están en paro también reducen su consumo: (y ahorran más), ante el temor de quedarse sin empleo. También aplazan sus decisiones sobre compras de gran importe.

4.- Nuestros vecinos de la aldea global (el mundo) también están sufriendo en mayor o menor medida la crisis, por lo que igualmente reducen sus importaciones de productos y servicios españoles (la demanda exterior disminuye).

5.- Como consecuencia del 2, 3 y 4, las empresas españolas tienen menos pedidos e ingresos. Este descenso será más acuciado conforme las empresas estén más lejos de producir bienes y servicios imprescindibles (por ejemplo la venta de coches y casas de segunda residencia).

6.- Al tener menos volumen de pedidos, las empresas han de adecuar su plantillas a la nueva situación, es decir, han de despedir a personal. Y aquí enlazamos con el punto 1 (pero ahora con menos trabajadores en activo).

[Space Mountain Tunnel. Foto de: Joe Penniston]


¿Qué hay que hacer para salir de la crisis? La respuesta es muy sencilla, invertir la espiral negativa y decreciente en positiva y creciente. Es decir, disminuir el paro, con lo que se consumirá más, lo que animará a las empresas a ampliar sus plantillas, de esta forma el consumo seguirá aumentando... y así sucesivamente.

Lo que no está nada claro es cómo hacerlo y mucho menos hacerlo en un breve espacio de tiempo.

¿Qué es lo que se está haciendo? Aumento del gasto en obra pública (plan E y otras inversiones) y mejorar el acceso a financiación (creditos ICO para empresas, disminución del precio del dinero por parte del BCE, fondo de apoyo a la banca ...), con un peligroso endeudamiento por parte del estado (pero esta es otra história que será contada en otro momento).

¿Es la solución? De momento parece que no, a tenor de los datos del desempleo, que no solamente no se contiene sino que aumenta.

¿Cómo podemos hacer? Está claro que el crecimiento no está en la construcción, ni en el sector automovilístico (con tecnología actual, otra cosa son los coches eléctricos o híbridos) y el turismo lo pasará mal debido a la crisis mundial. Hay que encontrar nuevas líneas de crecimiento

Lo que deberíamos de hacer es tratar de prepararnos para el futuro y aquí viene el punto clave ¿Cuales serán los negocios del futuro?. Yo creo que los tradicionales y básicos (agricultura, energía, agua, salud)... y los innovadores (nuevas tecnologías, ecología, nuevos productos y servicios no inventados hoy en día,...). No podemos quedarnos pendientes de los pilares de crecimiento pasados (construcción, automóviles, turismo,..), sino atisbar el futuro y dirigirnos hacia él. La educación, que nos permitirá estar más preparados, también resulta, como vemos fundamental.

Como escuché decir a alguna eminencia económica "Esta crisis es diferente a todas las anteriores, por lo que la forma de salir tendrá que ser igualmente distinta".

Señores políticos y demás cabezas pensantes, dejen de poner parches y tiritas a la situación económica actual y piensen en establecer unas bases sólidas que nos permitan creer igual o mejor que en los últimos tiempos.

Hasta otro día,